Para Pablo:
Han pasado solo 12 días desde que esas manos asesinas destrozaron tu cuerpo, 12 días desde que esos sucios y cobardes que enviaron a tus sicarios festejaron tu muerte. Pero lo que todavía no saben es que en ese preciso instante en el que tu cuerpo desgarrado exhalaba su último respiro y tu precioso espíritu volaba hacia lo alto y libre en el cielo, tú recobrabas vida, regresando a tus mundos, precisamente allí a esas lejanas estrellas de las cuales venías, encontrándote así, con tus amados hermanos. Ellos, tus cobardes asesinos, en ese mismo instante eligieron la muerte dirigiéndose hacia mundos tenebrosos e infernales.
Aquí abajo tu sangre junto a la de muchos otros mártires como tú ha bendecido la lucha de los justos y ha consagrado a todos nuestros hijos de la tribu de Juan. Ahora sabemos que la cruz del Gólgota aparecida en la frente de tu hermano Giorgio, el 3 de Septiembre, también anunciaba este sacrificio.
Un ángel con ojos de oriente, brillantes de ternura y de amor ha querido acompañar con sus alas doradas tu vuelo hacia el Sol.
Sangre de Verdad, Sangre de Justicia, Sangre de Cristo que se derrama nuevamente copiosa en este mundo malvado y perverso, creando un surco cada vez más marcado entre los vivos y los muertos. Ellos asesinan y mueren porque tienen miedo. Vosotros los justos no, vosotros sois los que le habéis ganado al miedo y a la muerte, que os habéis inmolado como Cristo, porque es a Él a quien le pertenecéis. Vosotros sois los inmortales, eternos y nosotros queremos imitaros, no queremos tener miedo porque sabemos que nuestra vida solo habrá tenido valor si sabemos combatir hasta nuestro último respiro con tal de que la Justicia, el Amor y la hermandad universales puedan reinar incluso en este rincón del universo en el que finalmente nuestros hijos podrán crecer en Paz y Armonía. Solo así tendremos el valor de mantenerte la mirada cuando nos reencontremos, la mirada de todos los niños que sufren en nuestro mundo, y la mirada del Cristo Redentor que nos pedirá cuentas de nuestras acciones cuando descienda del Cielo para proclamar Su Santo Reino. No, no tenemos miedo a estos cobardes asesinos, ellos no saben que la sangre de un solo mártir revive en cientos de nuevos justos que se levantarán nuevamente y que lucharán por los mismos ideales de Justicia y Verdad.
Pablo vosotros sois los caídos de la legión blanca de Cristo en el campo de esta gran batalla de Armagedón. Pero ya habéis ganado. Nosotros todavía tenemos que luchar. En cambio ellos a la guerra ya la han perdido. Adios Pablo, 12 días han pasado y has dejado un vacío inmenso en esta triste humanidad.
Hasta pronto.
Sonia Alea
Sant'Elpidio a Mare (Italia)
28 de Octubre de 2014
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