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miércoles, 22 de octubre de 2014

EL VERDADERO SECRETO NO ES DE FÁTIMA






DEL CIELO A LA TIERRA
HE ESCRITO EL 15 DE OCTUBRE DE 2014:


EL PROLOGO DEL PRÓXIMO LIBRO QUE EL CIELO ME HA DADO LA ORDEN DE PUBLICAR, “EL TERCER SECRETO DE FÁTIMA. NUEVAS E IMPORTANTES REVELACIONES”, HA SIDO ESCRITA POR FLAVIO CIUCANI, UN AMIGO Y HERMANO DE TODA LA VIDA, QUIEN EXPLICA LA LÓGICA CRÍSTICA DE LAS APARICIONES DE LA SANTÍSIMA MADRE CELESTE EN EL MUNDO.

LEED, MEDITAD Y DEDUCID.

Giorgio Bongiovanni

15 de Octubre 2014

Han pasado veintitrés años desde aquel 27 de septiembre del 1991 cuando Eugenio Siragusa transmitía al mundo un mensaje que había recibido del Cielo sobre la falta de divulgación, por parte de la Iglesia Católica Romana, del tercer mensaje de Fátima: “Es extremadamente útil e importante, hoy más que nunca, daros conocimiento de cuanto ha sido dicho con el fin de poner a esta generación en guardia antes de que sea demasiado tarde. El mensaje de Fátima, mantenido aún oculto, está a punto de realizarse con las consecuencias que están contenidas en él y aquí adjuntas.
Nadie podrà decir: "¡No lo sabìa!"

Queda aún una tenue esperanza para evitar el severo juicio de Aquel a quien llamáis Dios.

Sed solícitos en el arrepentimiento y en el poner las cosas en su lugar con el espíritu de Justicia que los Genios Cósmicos han traído a la Tierra”.

Han pasado veinticinco años desde cuando Giorgio Bongiovanni volanteaba ese mismo mensaje en la plaza del santuario de Fátima.

En todos estos años conferencias, programas de radio y de televisión han invitado a Bongiovanni y a miembros de la Asociación “Nonsiamosoli” (no estamos solos), quienes hablaban de ese mensaje.

Miles de católicos en todo el mundo, tanto laicos como eclesiásticos, solicitaban al Papa que fuera divulgado el tercer mensaje de Fátima que, por orden de la Virgen misma, tenía que haber sido dado a conocer “no más allá del 1960”.

Pero si se ha mantenido oculto, ¿de qué hablaba el texto del mensaje que era distribuído con tanta diligencia? Se trataba de un documento que había sido filtrado a través de sedes diplomáticas vaticanas, de una forma completamente anónima, que fue retomado y publicado por algunos periódicos católicos. En este escrito la Virgen santísima anunciaba acontecimientos y catástrofes terribles si la humanidad no se convertía y arrepentía de los crímenes que cometía y que, en el momento del regreso de Su Hijo, con potencia y gloria, muchos serían sorprendidos en el pecado o en la iniquidad, incluso los hombres consagrados y de iglesia, hasta las altas esferas.

“Las personas tienen que purificar su vida y pedir perdón por sus pecados. No deben ofender más a Dios, que ya está muy ofendido”, había dicho la Virgen a los pastorcillos el 13 de octubre del 1917, el día del milagro del sol. Además, en el primer mensaje, o secreto, que fue revelado a los pastorcillos el 13 de julio, se les mostró: “... un gran mar de fuego que parecía estar bajo la tierra. Inmerso en aquel fuego, los demonios y las almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronce, con forma humana, que fluctuaban en el incendio... Los demonios se reconocían por las formas horribles y semejantes a animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros.... "Habéis visto el Infierno donde caen las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Corazón Inmaculado. Si hacen lo que os diré, muchas almas llegarían a salvarse y tendrían paz...
Si aceptan Mi requerimiento, Rusia se convertirá y habrá paz, si no, desparramará sus errores por el mundo, causando guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho por sufrir, varias naciones serán destruidas”. Y Ella había venido a Fátima precisamente para esto: impedir un juicio de condenación eterna hacia la humanidad por parte de Su Hijo. El 17 de julio mismo la Virgen predecía el fin de la sangrienta primera guerra mundial y “si la gente no deja de ofender a Dios, durante el Pontificado de Pío XI comenzará otra aún peor”: “Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que éste es un gran signo que Dios os da de que Él está por castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre”.

En este contexto es necesario hacer algunas consideraciones que, ya de por sí son claras y evidentes, pero que nunca se destacan lo suficiente.

Los mensajes que son dados a los niños de Fátima son una lógica continuación del mensaje que Melania Calvat recibió en La Salette en el 1846. Incluso sin el tercer mensaje ya se estaba en conocimiento de eventos calamitosos a causa de la inconsciencia de la humanidad, y de que el papa, obispos, cardenales y toda la Iglesia están involucrados en este delirio satánico.

La Virgen cuando anuncia un nuevo conflicto “bajo el pontificado de Pio XI”, no está hablando de Europa, como afirman los históricos y los vaticanistas: el mensaje es global, es para toda la humanidad ya que la Virgen no hace referencia a la Alemania nazi, sino a la invasión de la Manchuria por parte de los japoneses, que determinó el verdadero inicio de la segunda guerra mundial; de lo contrario habría dicho “bajo Pio XII”. Además la previsión no se limita a “una segunda” guerra, sino que “Él está por castigar al mundo por sus crímenes por medio de guerras, carestías y persecuciones”. La previsión va más allá del segundo conflicto, hasta nuestros días.

Otra consideración más merece la noción de tiempo con que el “Cielo” recalca los acontecimientos terrestres. “Las personas deben purificar su vida y pedir perdón por los pecados”, tiene la apariencia de una expresión bíblica que implica una toma de conciencia sobre el estilo de vida que se está conduciendo: se exige un cambio de mentalidad que socialmente se traduce en educar a la gente a una vida de convivencia sana para desarrollar los valores espirituales, en construir estructuras e instituciones más idóneas para alcanzar lo antes posible la paz en el mundo. Necesitamos naturalmente mucho tiempo, pero la Virgen Santísima exige un gesto de buena voluntad, una promesa solemne, establecer una devoción a Su sagrado Corazón como palabra dada entre los que contraen una santa alianza.

La última consideración, pero no por ello menos importante, en los dos primeros mensajes está implícito y contantemente presente, el “juicio” y por lo tanto el retorno de Cristo con potencia y gloria acompañado por sus legiones de ángeles.

Desde un punto de vista lógico no era necesario un tercer mensaje, ¡en cuanto ya todo había sido dicho ampliamente! Y sin embargo la Virgen se preocupa de advertir a la vidente Lucía para que transmita su tercer mensaje al mundo, pero no al papa. Parece increíble, pero el tercer mensaje no tiene como destinatario al jefe de la Iglesis católica: Lucía entrega el tercer mensaje al obispo de Leira y Fátima monseñor Da Silva, a quien le dice que la Virgen deseaba que lo leyera. El obispo tiene miedo de asumir semejante responsabilidad y envía el sobre con el escrito al Vaticano que a su vez lo rechaza y lo reenvía al remitente. Es decir que era el obispo de Fátima, allí donde se había mostrado al mundo, el que tenía que dar a conocer a la humanidad el tercer mensaje.

El 11 de noviembre de 1984, el Cardenal Ratzinger, responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dió una entrevista a la revista Jesús, editorial Paulinas. La entrevista se titula “He aquí por qué la Fe está en peligro”. El Cardenal Ratzinger afirmó que el Tercer Secreto se refiere a “los peligros que amenazan la fe y la vida de los cristianos, y por tanto a todo el mundo”, y continuó diciendo: “las cosas contenidas en este ‘Tercer Secreto’ corresponden a lo que está anunciado en las Sagradas Escrituras y ha sido afirmado muchas veces en otras apariciones marianas...”. Precisamente analizando esto que “ha sido sido afirmado muchas veces en otras apariciones marianas” descubrimos “los peligros que amenazan la fe y la vida de los cristianos, y por tanto a todo el mundo”, que han sido “anunciados en las Sagradas Escrituras”. 

El día 26 de diciembre de 1957 el Padre Agustín Fuentes entrevistó a la Hermana Lucía. Esa entrevista se publicó en 1958 con el Imprimatur del Arzobispo Sánchez, de Veracruz, México. Entre otras cosas, la Hermana Lucía le dijo lo siguiente al Padre Fuentes: “Padre, la Santísima Virgen María está muy triste, porque nadie hace caso a su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos, porque prosiguen su camino; pero sin dar ninguna importancia a Su mensaje. Los malos, no percatándose del castigo de Dios que incumbe sobre ellos, prosiguen también su camino de maldad, sin preocuparse lo más mínimo de este Mensaje. Pero, créame, Padre, Dios va a castigar al mundo, y lo va a castigar de una manera tremenda. El castigo del cielo es inminente... Dígales, Padre, que la Santísima Virgen, repetidas veces, tanto a mis primos Francisco y Jacinta, como a mí, nos dijo que muchas naciones de la tierra desaparecerán sobre la faz de la misma, que Rusia sería el instrumento del castigo del Cielo para todo el mundo, si antes no alcanzábamos la conversión de esa pobre Nación. ...Padre, el demonio está librando una batalla decisiva contra la Virgen; y como el diablo sabe que es lo que más ofende a Dios y lo que, en menos tiempo, le hará ganar mayor número de almas, está tratando de corromper a las almas consagradas a Dios, ya que de esta manera lograría también que queden abandonadas las almas de los fieles por sus guías espirituales y por lo tanto más fácilmente se apodera de ellas... Lo que más les aflige al Corazón Inmaculado de María y al Sagrado Corazón de Jesús es la pérdida de las almas de los religiosos y de los sacerdotes. El demonio sabe que los religiosos y los sacerdotes que fracasan en su magnífica vocación arrastran consigo al infierno numerosas almas... El demonio quiere apoderarse de estas almas consagradas. Intenta corromperlas para llevar al oblío a las almas de los laicos y de ese modo llevarlas a la perdición final”.

A la luz de cuanto hemos dicho hasta ahora, parece una farsa la conferencia de prensa del 13 de mayo del 2000, cuando el Secretario de Estado, el Cardenal Sodano, respaldado por el Cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la congregación de la doctrina de la Fe, ex Santo Oficio, afirma que el Tercer secreto de Fátima “constituye una visión profética comparable a aquellas de las Sagradas Escrituras, la visión concierne sobre todo a la lucha de los sistemas ateos contra la Iglesia y los Cristianos y describe el enorme sufrimiento de los testigos de la fe del último siglo del segundo milenio. Es un interminable Vía Crucis guiado por los Papas del siglo XX”, y continúa explicando que el mensaje se ha cumplido con el atentado al Papa Juan Pablo II. “Los eventos a los cuales se refiere la tercera parte del “secreto” de Fátima parecen formar parte del pasado...”.

Los cardenales Sodano y Ratzinger, a pesar suyo, no han hecho más que subrayar que el secreto ha sido revelado hace tiempo, y que el verdadero, y substancial secreto no es aquel revelado por la Virgen en Fátima, sino que está ínsito en la mentalidad, en el comportamiento y en las declaraciones del Vaticano. En todo el mundo, cada día, millones de curas y de fieles durante el rito de la misa, ratifican por lo menos tres veces, que esperan el retorno de Cristo: en el “Padre Nuestro”, en el “Credo” y en la “Consagración Eucarística” se afirma que los creyentes esperan la venida prometida de Jesús Cristo. Lo que lo contradice son los hechos.

El 8 de Febrero del 1960 la Agencia periodística A.N.I. lanza un comunicado de prensa proveniente del Vaticano, anónimo y sin que el obispo de Fátima y el Patriarca de Lisboa fueran informados: Ciudad del Vaticano, 8 de Febrero de 1960 (A.N.I.) – Es probable que el “Secreto de Fátima” no sea publicado nunca. En círculos altamente fidedignos del Vaticano se acaba de declarar al representante de la United Press International (UPI) que es muy posible que nunca llegue a ser abierta la carta en que la Hermana Lucía escribió las palabras que Nuestra Señora confirió a los tres pastorcitos en la Cova da Iría... y por consiguiente es muy probable que el “Secreto de Fátima” permanezca para siempre bajo secreto. Aunque la Iglesia reconozca las apariciones de Fátima, no se compromete a garantizar la veracidad de las palabras que los tres pastorcitos afirman que escucharon decir a Nuestra Señora. ¡Precisamente ese mismo año la hermana Lucía recibe la orden de que no puede recibir personas o conceder declaraciones o entrevistas si no son autorizadas por el Vaticano!

Se repite entonces lo que se ha intentado hacer con el mensaje de La Salette, que fue conocido y publicado solo gracias al valioso imprimatur del obispo de Lecce; se intenta arenar, denigrar, cualquier mensaje celeste en el que se toque el tema del obrar pecamionoso de la Iglesia o como quiera que sea, de sus ministros, en los que se hable de calamidades desastrosas que le espera a la humanidad, en los que se recuerda que el Juicio de Dios está en acto o que Cristo está regresando. La Iglesia aprueba el culto de las apariciones, pero niega a las multitudes de fieles la verdad que el “dies irae” no es solo un canto del fraile Tomás de Celano, que se recita el día de los difuntos. Lo mismo se hizo con Garabandal, de la misma forma se ha escondido el mensaje de Nuestra Señora de Kibeho, así como no se divulga ni se explica el mensaje de Nuestra Señora de Akita. Para decirlo en palabras más sencillas, ¡el verdadero misterio que queda revelado es que la Iglesia ya no cree en el retorno de Cristo ni en las profecías del Apocalipsis de Juan!

Ahora ha sido publicado el diario de Sor Lucía que despeja de sombras y nieblas que los Sodano del Vaticano han interpuesto entre los mensajes de la Virgen y el mundo; ¡ahora será más difícil decir que el mensaje de Fátima se ha cumplido! Yo espero que haya otro milagro: que reapareza el cuaderno de apuntes donde había sido guardada la carta del tercer mensaje. Efectivamente está demostrado con creces que Sor Lucía haya entregado al obispo de Leira un cuaderno de apuntes donde había metido el famoso sobre del mensaje. Creo que estamos en la etapa final en la que todos debemos dar testimonio de nuestra fe en Cristo resucitado, el que ha prometido que regresará “sobre las nubes” con potencia y gloria para juzgar a los vivos y muertos. “Dies ire, dies illa, solvet secula in favilla... Quantus tremor est futurus, Quando judex est venturus, Cuncta stricte discussurus... Día de la ira, aquel día en que los siglos se reduzcan a cenizas... ¡Cuánto terror habrá en el futuro cuando el juez haya de venir a juzgar todo estrictamente!

Que el Señor tenga misericordia de nosotros y que la Virgen Santísima nos asista.
13 de octubre 2014
(Aniversario del milagro del sol en Fátima)

Flavio Ciucani

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