Su violenta explosión causó la rotura de vidrios e hizo que unas 1.500 personas acudieran heridas a los hospitales, muchas de ellas de gravedad; científicos buscan entender mejor el fenómeno.
Estudios más detallados de la caída del meteorito de Cheliabinsk el 15 de febrero de 2013, cuyo paso e impacto dejó un grandioso saldo de daños y cerca de 1.500 heridos, revelan cambios en la ionósfera y el campo magnético de la Tierra que pudo anticiparse más de media hora.
Desde cuarenta minutos antes de la caída del meteorito sucedió un gran número fenómenos de la dinámica de la ionósfera, de la atmosférica y la sísmica terrestre.
Las afirmaciones provienen de una presentación realizada por Oleg Bemhardt del Instituto de Física Solar Terrestre de Irkutsk, Rusia, según el medio Astronews, en su reporte del mes de octubre.Después del impacto se observaron durante unos 25 minutos irregularidades en la ionósfera que se fueron extendiendo en el campo magnético de la Tierra, de acuerdo a los análisis de los datos arrojados por el radar EKB, señaló el autor.
El radar EKB es parte de la red internacional de radares SuperDARN diseñada para estudiar justamente la atmósfera superior y la ionósfera. Ésta es una capa que está entre los 50 y 1000 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, y es la zona donde los niveles de electrones y iones alcanzan altos valores, tales como para influenciar la refracción de las ondas electromagnéticas que llegan del exterior, por ejemplo del Sol, según la descripción del Instituto de Geología y Vulcanología de Italia.
El fenómeno comenzó a producirse con bastante anticipación. “Se demostró que 40 minutos antes de la caída, en el radar EKB comenzó a registrarse una poderosa dispersión [de la ionósfera] debido a la falta de homogeneidad, y este fenómeno se extendió por el campo magnético de la Tierra con una dispersión en el estrato F”, comunicó Bernhardt, según Astronews. La ionósfera se divide en varios estratos de densidad electrónica cada vez más alta: D,E y F. El científico destacó que esto “duró 80 minutos, finalizando 40 minutos después de la caída del meteorito”.
Los investigadores rusos dijeron que entre los 9 y 15 minutos después de la caída del meteorito a una distancia de 400 a 1.200 kilómetros de la explosión se observaron además cambios en las características espectrales en la superficie terrestres.
Cabe recordar que cada tipo de suelo, agua, vegetación, nieve, tiene diferentes características de reflectividad que se mide como diferentes bandas de absorción o bandas aspectrales. Los geólogos normalmente miden estas bandas y cuando detectan cambios, estos pueden indicar fenómenos anormales que en ocasiones pueden tener su origen en anomalías de metales o en la composición química del suelo, según el libro Teledetección: nociones y aplicaciones.
Además de los cambios de las características aspectrales, se detectó un cambio de frecuencia de una señal que se dispersó a 600 metros por segundo de desplazamiento (frecuencia Doppler) y un fuerte incremento en la amplitud de la misma. Este efecto es el que determina el cambio de sonido que se siente de una onda en la medida que se moviliza.
“Esto finalizó en nuestros registros con un crecimiento de ciertas proporciones de las irregularidades en la ionósfera, extendido al campo magnético de la Tierra a la altura del estrato E”, dijo Bernhardt.
Un estudio de 2013 del Centro Alemán de Ciencias de la Tierra señaló que la caída del meteorito ademáscausó ondas sísmicas de superficie, conocidas como Rayleig, que hicieron oscilar la Tierra viajando a una velocidad de unos 4 kilómetros por segundo hasta distancias de unos 4.100 kilómetros del sitio de origen o impacto.
La investigación rusa concluyó al analizar los datos sísmicos registrados, que las irregularidades observadas en la ionósfera luego de la caída del meteorito están relacionadas a una onda acústica secundaria al impacto y a la onda sísmica superficial supersónica que produjo. Sin embargo aclaró que no pudo explicar el mecanismo que permitió su extensión por el campo magnético.
El meteoro Chelyabinsk pudo ser causado por un asteroide que se desvió hacia la Tierra entrando en la atmósfera el 15 de febrero de 2013 en pleno día con una onda que hizo explotar los vidrios de cientos de casas y edificios públicos o fábricas en una extensa zona poblada.
La radiación de un meteorito fue muy brillante, más que la del Sol, destaca el estudio, incluso a una distancia de 100 kilómetros, por esta razón algunos testigos pudieron sentir un calor muy intenso de la bola de fuego antes de impactar.
Debido a su velocidad y el ángulo de entrada en la atmósfera baja, el objeto explotó sobre Chelyabinsk Oblast, a una altura de alrededor de 29,7 kilómetros, informó el medio Astrowatch.
La explosión generó un destello brillante, una nube caliente de gas y polvo además de muchos pequeños meteoritos fragmentarios, así como una poderosa onda de choque. Se creó pánico entre los residentes locales y muchos heridos graves entre las 1.500 personas que buscaron tratamiento médico.
Las lesiones fueron causadas por los cortes causados por los cristales rotos de las ventanas que explotaron por la onda de choque.
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