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viernes, 24 de octubre de 2014

EVANGELIO DE MATEO CAPITULO 24







Capítulo 24

Jesús predice la destrucción del templo 

24:1 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. 
24:2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

Señales antes del fin 

24:3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, 
diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 
24:4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 
24:5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 
24:6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
24:7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
24:8 Y todo esto será principio de dolores. 
24:9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 
24:10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 
24:11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 
24:12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 
24:13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 
24:14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. 
24:15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 
24:16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 
24:17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 
24:18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 
24:19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 
24:20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 
24:21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 
24:22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 
24:23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 
24:24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 
24:25 Ya os lo he dicho antes. 
24:26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 
24:27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 
24:28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.

La venida del Hijo del Hombre 

24:29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 
24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 
24:31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. 
24:32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 
24:33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las 
puertas. 
24:34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 
24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 
24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 
24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 
24:38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 
24:39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 
24:40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 
24:41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 
24:42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 
24:43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 
24:44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. 
24:45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 
24:46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 
24:47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 
24:48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 
24:49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 
24:50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 




24:51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.




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