AFP/AFP - Un hambre saca agua de su casa en la inundada ciudad chilena de Copiapó el 26 de marzo de 2015
El inusual temporal de lluvia que continuaba este jueves azotando el árido norte de Chile dejó al menos siete muertos tras aludes e inundaciones provocados por crecidas de ríos que por años se mantuvieron secos.
A las cuatro víctimas de las que informaron las autoridades por la mañana, su sumaron tres nuevos cadáveres -aún sin identificar- que fueron hallados en las últimas horas en la región de Atacama (800 km al norte de Santiago), la más afectada por las lluvias.
"En la mañana informamos que teníamos cuatro personas fallecidas y 22 desaparecidos. A esta hora se han encontrado tres cadáveres adicionales", dijo el subsecretario del Interior, Madmuh Aleuy, al entregar un último reporte oficial.
Consecuentemente, la cifra de desaparecidos bajó a 19.
El número de albergados, en tanto, alcanzaba a las 1.500 personas en Copiapó, capital de la región de Atacama, mientras que en la vecina ciudad de Antofagasta se registraban 619 albergados.
Después de varias horas de fuertes lluvias, las precipitaciones cedieron en las últimas horas, dejando al descubierto un panorama desolador en poblados como Chañaral, El Salado, Diego de Almagro, Tierra Amarilla y Copiapó, en la región de Atacama, cuyas principales calles se convirtieron en ríos que arrastraron todo a su paso.
Varias personas debieron subirse a cerros, árboles o a los techos de sus casas para evitar ser arrastradas por las aguas, en una situación descrita como similar a la del paso de un tsunami por pobladores.
Con el transcurso de las horas varias rutas de acceso lograron ser habilitadas, aunque algunos poblados interiores todavía se encontraban aislados.
Unos 15 helicópteros trabajaban en la evacuación aérea de aquellos poblados a los que no se podía acceder vía terrestre por el corte de rutas.
Las comunicaciones telefónicas en la zona se mantenían intermitentes tras un corte en el sistema de fibra óptica, provocando que muchas personas no lograran comunicarse con sus familias e intentaran ubicarlas a través de los medios de comunicación.
En Atacama y en la ciudad de Antofagasta rigió el toque de queda durante toda la noche, luego de que las Fuerzas Armadas tomaran el control de ambos lugares que están bajo estado de excepción constitucional por catástrofe.
Unos 2.400 policías y militares resguardan ahora la zona.
Las clases fueron suspendidas para facilitar la instalación de albergues en colegios, mientras que los aeropuertos operaban con retrasos.
Los pronósticos para las próximas horas son más alentadores.
"La condición más importante ya pasó", dijo a la AFP Julio Sarabia, meteorólogo de la Dirección Meteorológica de Chile.
- Lluvias por sobre lo normal -
De acuerdo a los servicios meteorológicos, las lluvias caídas superan ampliamente a las de un año normal en una zona que arrastraba desde hace varios años una persistente sequía y que no cuenta con la preparación suficiente para afrontar estas condiciones climáticas.
La región de Atacama alberga al desierto del mismo nombre, considerado el más árido del mundo.
El último gran diluvio en la zona se registró en 1997. Desde esa fecha, ha persistido la sequía.
"El diagnóstico previo era que aquí había una sequía enorme, entonces una lluvia no necesariamente era una catástrofe. Prever es muy difícil", dijo la presidenta Michelle Bachelet, que se trasladó la noche del miércoles a la zona.
Meteorólogos habían previsto esta semana para el norte chileno que las precipitaciones promedio anuales alcanzarán durante este año valores "normales" y "en algunas zonas sobre ese nivel", por la presencia del fenómeno de El Niño, que había hecho aumentar las temperaturas del océano Pacífico Central del orden de 0,5 y 0,6 grados Celsius por sobre el promedio.
- Afectación en la minería -
El norte chileno alberga las minas de cobre más importantes del mundo, cuyas operaciones se vieron afectadas por las lluvias.
La estatal Codelco -que produce el 11% del cobre mundial- informó la tarde del miércoles que debió suspender las faenas por algunas horas en varios yacimientos, pero que las labores industriales se mantuvieron intactas.
En un comunicado este jueves, la estatal dijo que los trabajos en la "División Salvador" -una de las menos productivas de la minera- permanecían detenidas, dado que "las condiciones vigentes no dan garantías para la realización de un trabajo seguro para personas y equipos".
Pero las minas Chuquicamata, Ministro Hales, Radomiro Tomic y Gabriela Mistral, en la región de Antofagasta, "han ido retomando paulatinamente sus operaciones desde la madrugada de hoy".
Algunos yacimientos de las empresas Antofagasta Minerals y Anglo American suspendieron también sus faenas extractivas.
Chile es el mayor productor mundial de cobre, con cerca de un tercio de la oferta mundial, equivalente a unas 5,6 millones de toneladas anuales.
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