La ciudad de Port Vila es «aniquilada» por vientos de 320 kilómetros por hora
Fueron entre 15 y 30 minutos de terror en Vanuatu, suficientes para que el ciclón tropical Pam se convirtiera en «una de las peores catástrofes naturales en la historia del Pacífico». La tormenta, con vientos huracanados de hasta 320 kilómetros por hora, dejó este sábado una estela de devastación en el archipiélago oceánico.
Los primeros recuentos de víctimas hablan de al menos 52 muertos, pero se teme que esta cifra sea superior con el paso de las horas. El balance definitivo de daños es difícil de evaluar, debido a las limitadas comunicaciones en la zona. Lo que las agencias humanitarias temen es que el ciclón haya aniquilado Port Vila por vientos de 320 kilómetros por hora.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU señaló que varias informaciones apuntaban a que 44 personas habrían muerto en la provincia de Penama, en el centro del país. Además, se cobró la muerte de al menos ocho habitantes en Port Vila. Según las autoridades locales, el 80 por ciento de las casas en la capital han quedado destruidas.
«La escena es de absoluta desolación: las casas están destruidas y la gente vaga por las calles en busca de ayuda», relató Tom Skirrow, cooperante de Save the Children. Por su parte, la directora ejecutiva de Unicef en Nueva Zelanda, Vivien Maidaborn, afirmó que «los primeros informes indican que esta catástrofe natural podría ser una de las peores en la historia del Pacífico». Otra portavoz de Unicef, Alice Clements, señaló que Pam provocó un momento de «absoluto terror» que duró entre 15 y 30 minutos.
El ciclón cruzó la isla principal de Vanuatu, donde viven 65.000 personas, y varias islas situadas al sur. La organización Care International explicó que los albergues públicos se colapsaron por la cantidad de refugiados, por lo que muchos habitantes quedaron a la intemperie.
El presidente de Vanuatu pidió la solidaridad internacional con su país. «En nombre del pueblo de Vanuatu pido a la comunidad internacional ayuda para afrontar esta calamidad –afirmó Baldwin Lonsdale ante una conferencia de la ONU en Japón. Compañeros jefes de Estado, gobiernos y colaboradores para el desarrollo: todos hemos sufrido algún tipo de desastre en un momento u otro. Hoy apelamos a su ayuda».
Ayuda Europea
La Unión Europea ofreció un millón de euros para contribuir a las primeras tareas de emergencia. Se trata de una «ayuda inicial» como «respuesta inmediata a la devastación causada por el ciclón tropical», según explicó el Servicio Europeo de Acción Exterior. Además, la Comisión Europea tiene previsto enviar a dos expertos «para evaluar las necesidades humanitarias y coordinarse con los socios que operan sobre el terreno».
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Francia dijo estar «preparado para responder a toda demanda de asistencia» y aseguró que el gobierno de François Hollande sigue «con atención» la situación de los ciudadanos franceses en ese país, situado muy cerca del territorio francés de Nueva Caledonia, en el Pacífico Sur.
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