Un equipo internacional de astrónomos ha captado imágenes de las enormes estructuras en forma de torres que hay en el interior de la nebulosa de Carina.
Berlín, 2 nov (EFE).- Un equipo internacional de astrónomos ha captado imágenes de las enormes estructuras en forma de torres que hay en el interior de la nebulosa de Carina, inmensas nubes de polvo y gas dentro de un centro de formación de estrellas que se encuentra, aproximadamente, a 7.500 años luz de distancia.
Parecen ser, según explicó hoy en un comunicado el Observatorio Europeo Austral (ESO), los "pilares de la destrucción", en contraste con el apodo de los icónicos "pilares de la creación" de la nebulosa del Águila, de naturaleza similar.
Las imágenes muestran estrellas masivas que destruyen las nubes de polvo y gas de las que nacen.
Estas formas australes fueron observados por un equipo dirigido por Anna McLeod, estudiante de doctorado en ESO, utilizando el espectrógrafo de campo integral MUSE, instalado en el telescopio de largo alcance (VLT, por su siglas en inglés) en el Observatorio Paranal, en Chile.
Su trabajo, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, combinó las imágenes obtenidas con otras que muestran estructuras similares como los famosos "pilares de la creación, en la nebulosa del Águila.
El estudio muestra un vínculo claro entre la radiación emitida por estrellas masivas cercanas y las características de los propios pilares.
Una de las primeras consecuencias de la formación de una estrella masiva, con potente radiación ionizante, es que comienza a destruir la nube en la que nació.
La idea de que las estrellas masivas tienen un efecto considerable en su entorno no es nueva, sin embargo, es muy difícil obtener evidencia observacional de la interacción entre estas estrellas y su entorno.
El equipo analizó el efecto de esta radiación energética en los pilares a través de la fotoevaporación, el cual concluyó que había una clara correlación entre la cantidad de radiación ionizante emitida por las estrellas cercanas y la disipación de los pilares.
Según el Observatorio, aún no se comprende bien la complejidad de los mecanismos de retroalimentación entre las estrellas y los pilares, aspecto que continuará estudiando a futuro.
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