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viernes, 26 de septiembre de 2014

OPINIÓN : OBAMA, EL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE DE LA GUERRA





24 septiembre 2014
10:54 PM ET

Por Peter Bergen

Nota del editor: Peter Bergen es analista de seguridad nacional de CNN, director de New America y autor de "Manhunt: The Ten-Year Search for bin Laden - From 9/11 to Abbottabad" .

(CNN) – Nota rápida: ¿Cuál presidente de los Estados Unidos ha autorizado guerras de distintos tipos en siete países musulmanes?

Si supusiste que era Barack Hussein Obama, estás en lo correcto.

Muchos no se imaginaron que fuera a terminar así. Al principio de su presidencia, el 4 de junio de 2009, Obama pronunció un discurso ampliamente esperado en la capital egipcia, El Cairo, el cual fue considerado como el comienzo de un "reinicio" con el mundo islámico.

Por supuesto, al presidente George W. Bush lo maldijeron ampliamente entre los musulmanes por invadir Irak y las prisiones de Guantánamo y Abu Ghraib.

Muchos musulmanes esperaban que el primer presidente afroamericano, quien se había opuesto a la guerra de Irak cuando era candidato, sería muy diferente de su predecesor.

Obama declaró en El Cairo: "He venido aquí a buscar un nuevo inicio entre Estados Unidos y los musulmanes de todo el mundo, un inicio en base al interés y al respeto mutuo, y también en base a la verdad de que América y el Islam no son excluyentes y no necesitan estar compitiendo".

Obama también dijo en el discurso de El Cairo: "Sin embargo, confrontaremos despiadadamente a los extremistas violentos que representan una grave amenaza para nuestra seguridad. Porque rechazamos lo mismo que la gente de todos los credos rechaza: la matanza de hombres, mujeres y niños inocentes. Y mi primer deber como presidente es proteger al pueblo norteamericano".

Aquellos que escucharon el discurso del Presidente principalmente lo escucharon decir que estaba extendiendo una rama de olivo (como símbolo de paz) al mundo musulmán y en gran medida pasó por alto el hecho de que durante el mismo discurso también había hecho una defensa bastante sólida sobre la guerra de Estados Unidos contra Al Qaeda y sus aliados.

Una disonancia similar ocurrió unos meses después, cuando el presidente fue a Noruega para recibir el Premio Nobel de la Paz. Los miembros del jurado que otorgaron el Premio (y muchos que votaron por él en 2008) parecen haber vinculado la oposición de Obama a la guerra de Irak con su presunta oposición a la guerra en general.

El Presidente seguramente fue el primer galardonado del Premio Nobel de la Paz que aprovechó la oportunidad que se le dio para dar su discurso de aceptación en Oslo para explicar su filosofía sobre las guerras justas y necesarias.

En Oslo, Obama dijo: "Me enfrento al mundo tal cual es, y no puedo quedarme de brazos cruzados frente a las amenazas hechas al pueblo norteamericano. Para no cometer ningún error: existe maldad en el mundo. Un movimiento no violento no podría haber detenido al ejército de Hitler. Las negociaciones no pueden convencer a los líderes de Al Qaeda a deponer las armas. Decir que la fuerza a veces es necesaria no es un llamado al cinismo; es el reconocimiento de la historia, las imperfecciones del hombre y las limitaciones de la razón".

De hecho, resultó que Obama fue uno de los presidentes norteamericanos más agresivos, en términos militares, que haya existido en décadas, quien autorizó las operaciones militares de distinta índole en siete países musulmanes: Afganistán, Irak, Libia, Pakistán, Somalia, Yemen y, ahora, Siria.

El bombardeo de Siria es la primera vez que Estados Unidos organiza una guerra a gran escala desde la Segunda Guerra Mundial sin ninguna de las siguientes:

– Una resolución de la ONU autorizando la fuerza.

– Como parte de una operación de la OTAN.

– Una resolución de la Liga Árabe a favor de la acción militar.

– Una autorización específica del Congreso de Estados Unidos para la guerra en otro país.

– La invitación del país anfitrión para llevar a cabo operaciones militares, como hemos visto recientemente en Irak, donde el gobierno iraquí ha estado pidiendo la intervención militar estadounidense.

Haz el experimento mental en el que George W. Bush fue a la guerra a otro país de Medio Oriente sin la cobertura de una resolución de la ONU, o de una operación de la OTAN o sin la aprobación de la Liga Árabe, o una autorización específica del Congreso. Los gritos de protesta por parte de los liberales norteamericanos y el mundo musulmán seguramente habrían sido ensordecedores.

En cambio, no ha habido protestas. Eso es en parte debido a la manera hábil con la que la administración Obama reunió una coalición suní de quienes están dispuestos - Arabia Saudita, Qatar, Jordania, los Emiratos Árabes Unidos y Baréin – a ayudar con los ataques aéreos.

¿Cómo llegó Obama a lanzar ataques en Siria?

Pero en parte, probablemente tiene que ver con el hecho de que muchos de sus críticos, e incluso sus partidarios, consideran a Obama como una especie de pacifista.

De hecho su récord muestra que es cualquier cosa, menos eso:

Considera el hecho que ordenó que se incrementara al triple el número de tropas estadounidenses en Afganistán, de 30.000 soldados que se tenían a finales de la administración Bush a 90.000, un aumento de tropas que han jugado un papel crítico en debilitar el ímpetu de los talibanes, quienes habían cobrado fuerza en los últimos años del segundo mandato de Bush.

Considera que bajo el régimen de Bush hubo 48 ataques con drones de la CIA en Pakistán. Bajo el mandato de Obama han sido 328, lo cual ha resultado en la muerte de al menos dos docenas de comandantes de Al Qaeda, según un recuento de New America.

Toma en cuenta que bajo el mandato de Bush solo hubo un ataque con drones de la CIA en Yemen. Bajo el mandato de Obama han sido 99 ataques con drones y 15 ataques aéreos, que han causado la muerte de más de tres docenas de operarios de alto rango del grupo.

Obama también es el primer presidente norteamericano en autorizar el asesinato de un ciudadano de los Estados Unidos, el comandante de operaciones de Al Qaeda que nació en Nuevo México, Anwar al-Awlaki, quien fue asesinado en Yemen en un ataque aéreo en 2011.

El mismo año, Obama inició la alianza que derrocó al dictador libio Muamar el Gadafi.

Obama también ha librado una guerra encubierta efectiva en Somalia contra la filial de Al Qaeda con sede allí, Al-Shabaab, cuyo líder, Ahmed Godane, murió en un ataque aéreo de Estados Unidos a principios de este mes.

Y, por supuesto, Obama también autorizó la arriesgada misión de los SEAL de la Marina de Estados Unidos que resultó en la muerte del fundador de Al Qaeda, Osama bin Laden, en 2011 en Abbottabad, una ciudad en el interior de Pakistán.

Este no es el expediente de alguien que tiene miedo de usar la fuerza norteamericana, como sus críticos harían, sino más bien un presidente que se siente cómodo usando el fuerte poder norteamericano hasta en un país como Siria, donde ha disparado una guerra sin el tipo específico de autorizaciones, internacionales o del congreso, que otros presidentes han pedido desde la Segunda Guerra Mundial.

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