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martes, 19 de julio de 2016

PRIMERA EVIDENCIA DE QUE EL CALENTAMIENTO GLOBAL TAMBIÉN ESTÁ AFECTANDO A LAS NUBES







Analizar un fenómeno tan aparentemente caótico y errático como es el de las nubes es un verdadero reto para la ciencia. Se necesita recoger una enorme cantidad de datos durante muchos años para poder llegar a conclusiones rigurosas. Seguramente esta sea una de las razones por las que hasta ahora no habíamos tenido ningún estudio concluyente sobre cómo afecta el cambio climático a las nubes: son necesarias observaciones continuadas y un minucioso análisis de todos los datos antes de llegar a afirmar alguna relación.

Y es que para observar las consecuencias del cambio climático mediante algo tan complejo como las nubes es necesario un continuo seguimiento satelital durante muchos años. Afortunadamente, desde principios de la década de los ’80 contamos con satélites especializados que monitorizan toda la cobertura nubosa de nuestro planeta y nos permiten recabar los datos necesarios.

Esta semana la Revista Nature publica los resultados de un gran estudio que ha utilizado los datos satelitales recopilados durante 27 años (entre 1983 y 2009) y los resultados son preocupantes: Por un lado, las nubes altas se están elevando progresivamente y cada vez son más altas, por otro, los cuerpos de nubes se están desplazando cada vez más hacia los Polos, reduciendo así la nubosidad en la amplia región del planeta que va desde los 40° N hasta los 40° S.




Los resultados arrojan un panorama preocupante. En 2009, último año de recolección de datos del estudio, la tendencia es que cada vez hay menos nubes en alturas medias, tal y como anticipan los modelos matemáticos de simulación que prevén una atmósfera cada vez más caliente.

¿Cuál es la causa de este desplazamiento en los últimos años?

El estudio apunta directamente a dos fuentes principales del problema: Los gases de efecto invernadero, cuyo origen es claramente antropogénico, y los aerosoles volcánicos que sí tienen un origen natural. Sumados estos dos elementos, provocan una menor reflexión de los rayos solares que desembocan en los desplazamientos de las nubes durante estas décadas.




Este trabajo representa la primera muestra clara de que el cambio climático también tiene su efecto en las nubes y nos muestran un futuro incierto. El desplazamiento, tanto en altura como en latitud, de los conjuntos nubosos se han predicho en los modelos climáticos y si en los próximos años la tendencia continúa nos encontramos, nuevamente, ante una confirmación de que el calentamiento global del planeta no solo está ocurriendo, sino que lo hace más rápido de lo que pensábamos.

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