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domingo, 13 de diciembre de 2015

VACUNAR ÁRBOLES REDUCE COSTOS Y ELIMINA PLAGAS SIN DAÑAR EL MEDIOAMBIENTE




Los arboles se visten de los colores del otoño en un bosque en Bocska (Hungría). EFE/Archivo


Madrid, 12 dic (EFE).- Fumigar jardines ha dejado de ser una problemática ambiental gracias a las vacunas para árboles: una alternativa ecológica y sostenible, que mediante una inyección en el tronco, mata plagas, reduce costes y mitiga la huella de agua y carbono a su mínima expresión.

La vacuna para árboles o endoterapia es un método terapéutico que consiste en inyectar en el tronco un insecticida o sustancia fitosanitaria para que, mediante el sistema vascular del árbol, se disemine y alcance las zonas enfermas, ha explicado a EFEverde, Juan Barbado, ingeniero agrónomo y gerente de la empresa Fertinyect.

Esta técnica, con una efectividad cercana al 95 por ciento siempre que se aplique en un momento óptimo, supone una "revolución" respecto al uso de las fumigaciones químicas dañinas para el medioambiente y la salud de las personas, ha señalado Barbado.

El experto ha referido que vacunar un árbol, a diferencia de las técnicas tradicionales de fumigación, reduce, en cada ejemplar, un 66 por ciento el consumo de productos fitosanitarios, un 50 por ciento el número de aplicaciones y un ahorro de más del 90 por ciento de agua.

Además, este sistema de inyección incrementa la persistencia y duración de los efectos del producto aplicado, ha insistido Barbado.

El dispositivo de inyección consta de dos elementos: un tubo de plástico en forma de "L" que se inserta en unos agujeros practicados con un taladro en el tronco y una botella presurizada en cuyo interior lleva una base de agua y otra nutritiva.

A esa botella, que alberga en la cabeza una válvula antiretorno, se le incorpora el fitosanitario o plaguicida que requiera el árbol para eliminar una determinada plaga y nutrientes para fortalecerse.

De momento esta técnica, no invasiva con el medioambiente, se utiliza, entre otros, en palmeras infectadas por el picudo rojo, en olmos con galerucas y en pinos afectados por la procesionaria, una plaga muy agresiva que además de las reacciones alérgicas que ocasiona a las personas, seca y defolia el árbol.

La procesionaria que más abunda en España es la Thaumatopea pytocampa y es conocida por su forma de trasladarse, en procesión, y por sus nidos de seda en forma de bolsa blancas que se asientan en las ramas de los pinos.

Barbado ha explicado que es durante está época, el final del otoño y principio del invierno, la fase idónea para aplicar el tratamiento y combatir esta plaga, de esta manera se evitan los problemas que generarían en su etapa más "virulenta" durante la primavera.

Una vez que el producto fitosanitario es inyectado en el tronco, se distribuye de manera uniforme por los vasos hasta alcanzar las acículas (hojas)de los pinos.

"Cuando las larvas de las orugas, portadoras de un apetito muy voraz, se alimentan de ellas, mueren".

Otra plaga de suma importancia es la del picudo rojo, un coleóptero invasor procedente del sudeste asiático y de Polinesia, sin depredadores naturales en la península Ibérica, y que cada año acaba con un incalculable número de palmeras.

En este caso, la única forma eficaz de combatir esta plaga es realizando el tratamiento directamente al interior de la palmera, logrando difundir el insecticida desde el tronco a las hojas para matar al insecto adulto y a las larvas.

Este proyecto tiene su origen en la investigación y desarrollo de una patente de la Universidad de Córdoba que posteriormente dio como resultado a partir de 2008 "Ynject", el dispositivo de inyección directa al tronco a baja presión y alto volumen que actualmente está presente en 55 países de todo el mundo.

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