Rastro del bólido de Cheliabinsk en 2013
El pasado 7 de enero el programa de búsqueda y seguimiento de objetos próximos a la Tierra del Lunar and Planetary Laboratory de la Universidad de Arizona, detectó un asteroide al que ya se conoce como 2017 AG 13.
Apenas 40 horas después de su detección, el asteroide (de entre 13 y 32 metros de diámetro) pasaba sigilosamente a tan solo 200.000 kilómetros de nuestro planeta, la mitad de la distancia Tierra-Luna. O explicado de otra manera: ayer día 09 de enero, mientras muchos tomaban el primer café de la mañana y se preparaban para llevar a los niños al colegio, una roca del tamaño de dos camiones nos pasaba rozando el flequillo sin que nadie supiese o pudiese hacer nada.
Órbita del asteroide 2017 AG13
Doscientos mil kilómetros puede parecer una distancia enorme pero en términos cósmicos apenas significa nada. De hecho apenas se ha mencionado en los medios, pero unas centésimas de grados de diferencia en su órbita y hoy podríamos habernos despertado con una noticia muy similar a la del bólido de Cheliabinsk que, con solo la mitad del tamaño de AG13, desplegó una energía de 500 kilotones y dejó más de 1400 heridos por la onda expansiva.
La detección de AG13 coincide con la publicación de la Administración de Estados Unidos de un documento oficial en el que, además de reconocer el peligro real que suponen los impactos de estos cuerpos, se trazan las líneas generales para una estrategia para su observación, seguimiento e incluso planes de futuro para su posible desviación.
Para el astrófisico Josep Trigo Rodríguez, experto en en el Instituto de Ciencias del Espacio (IEEC-CSIC) aún nos queda mucha tarea por delante en dos direcciones: Mejorar nuestros sistemas de detección y avanzar en la tecnología necesaria para desviar los objetos más peligrosos.
El investigador del CSIC nos recuerda el evento conocido como “la gran calabaza” en el que se detectó un gran asteroide de 400 metros de diámetros, solamente 20 días antes de que pasara a 400.000 kilómetros de la Tierra. “No nos hubiera dado tiempo a hacer nada”, reconoce Trigo.
El asteroide 2017 AG13 ha cruzado nuestra órbita tan solo dos días después de haberse descubierto y las previsiones lo sitúan nuevamente cerca de la Tierra para el próximo 28 de diciembre. Durante los próximos meses se estudiará más a fondo y se calculará con más exactitud su órbita completa.
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