China ultima los detalles de su mastodóntico radiotelescopio de 500 metros de antena.
Imagen aérea del Observatorio de Arecibo
Se han cumplido ya más de cincuenta años de la construcción de uno de los hitos más célebres de la astronomía: el Radiotelescopio de Arecibo. Durante su época dorada constituyó la punta de lanza de la ingeniería y la astrofísica, se convirtió en el emblema de la investigación del espacio exterior y la búsqueda de vida extraterrestre, apareciendo en películas de culto como Contact o Species, y sus aportaciones a la ciencia se cuentan por centenas.
Sin embargo en los últimos años, y desde que la Universidad de Cornell dejó su administración en 2011, hemos de reconocer que Arecibo está pasando por sus horas más bajas debido fundamentalmente a la falta de presupuesto y el desinterés de algunas instituciones. A esto hay que sumar el nacimiento de nuevos proyectos como los VLT que pueden funcionar como interferómetros o como el recién inaugurado ALMA en Chile.
Aun así, y a día de hoy, Arecibo sigue siendo el radiotelescopio fijo más grande del mundo, pero es un record que pronto dejará de poseer puesto que los chinos se han puesto manos a la obra y ya tienen casi listo su machada radiotelescópica que superará al mítico Arecibo.
Cinco años… Tan solo cinco años y algo más de 100 millones de dólares van a ser suficientes para que China inaugure su proyecto astronómico más ambicioso: FAST, cuyas siglas –Five hundred meter Aperture Spherical Telescope– ya nos dan una idea bastante clara de qué es lo que tenemos delante.
Estado actual de las obras en el Radiotelescopio chino FAST
Aprovechando un hueco natural privilegiado para este tipo de construcción, los chinos comenzaron las obras en 2011 en la provincia china de Guizhou y su finalización está prevista para 2016. Si todo va como parece, se terminará a tiempo y en el momento de su inauguración contará con una antena de quinientos metros de diámetro… doscientos más que Arecibo.
En estos días los ingenieros están llevando a cabo una de las más importantes tareas: terminar de instalar los más de 4500 paneles triangulares que recubrirán su antena y que finalmente dejarán el radiotelescopio con este aspecto:
Aunque seguramente estéis pensando en que la función principal de este radiotelescopio es la de captar señales de radio procedentes del espacio exterior y enseguida llegue a vuestra mente la idea de detectar civilizaciones extraterrestres, en realidad un telescopio de este calibre implica mucho más y significará un gran avance en el estudio de objetos muy lejanos como las primeras galaxias o los púlsares más alejados.
Aspecto final del Radiotelescopio FAST cuando se inaugure en 2016
A la espera de su finalización el año que viene, una cosa sí está quedando meridianamente clara: China se está convirtiendo en un gigante de la ingeniería y a sus grandes proyectos de infraestructuras como puentes o presas, ahora hay que añadir su interés por la investigación astrofísica, algo que siempre es bienvenido viendo las carestías y recortes presupuestarios que están sufriendo la mayoría de instituciones científicas de occidente.
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