Debido a las advertencias de los expertos sobre la posibilidad de que en menos de siete años la Tierra podría sufrir el impacto directo de una apocalíptica tormenta solar, la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP) de la Casa Blanca publicó el pasado 28 de octubre una Estrategia Nacional de Meteorología Espacial y un Plan de Acción en conjunto con otras agencias gubernamentales para preparase ante una gran tormenta solar geomagnética.
Según el comunicado de la OSTP, la seguridad de la nación, la estabilidad económica y el control de la sociedad dependen de satélites, aviones, redes de comunicaciones, sistemas de navegación, y de la red eléctrica. Esta preparación se basa en la toma de decisiones a todos los niveles, asegurando que Estados Unidos debe estar debidamente preparado para resistir cualquier amenaza procedente del espacio.
Además entre las medidas para mitigar los efectos no deseados de los fenómenos meteorológicos espaciales están la sustitución de viejos satélites que son cruciales para el monitoreo del clima, normas que garanticen el funcionamiento continuo de las redes eléctricas o la sustitución de los transformadores alta tensión destruidos por tal evento espacial.
Pero lo peor de todo es que la poderos tormenta solar podría ocurrir en cualquier momento dentro de los próximos siete años, superando con creces a la última gran tormenta solar geomagnética que “golpeó” la Tierra en 1859, el llamado evento Carrington. Como hemos comentado en diversas ocasiones, el evento Carrington destruyó las líneas telegráficas y causó cortes de corriente generalizados en América del Norte y Europa. Aunque desde 1859, la economía mundial se ha vuelto aún más dependiente de los sistemas electrónicos, de comunicaciones y de navegación. Por lo tanto, los efectos de una erupción solar serían mucho más devastadores en la actualidad.
“Francamente, esto podría ser uno de los desastres naturales más graves de la historia en todas partes del mundo”, dijo John Kappenman, consultor de clima espacial.
Por su parte, John P. Holdren, asistente de la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP) de la Casa Blanca, el clima espacial es un fenómeno natural que tiene el potencial de causar efectos perjudiciales importantes en el bienestar económico y social de cualquier nación. Este plan de acción consta de seis pasos y aconseja a la población que esté preparado con equipos de emergencia con agua potable, alimentos y medicamentos suficientes para sobrevivir al cataclismo por lo menos 72 horas.
¿Contra qué nos enfrentamos?
Según The Inquisitr News, las llamaradas solares son explosiones repentinas de radiación solar a través del espectro electromagnético que se producen cuando la energía magnética que se ha acumulado en el Sol se libera repentinamente. Las llamaradas solares en ocasiones van acompañadas por eyecciones de masa coronal, que son explosiones masivas del campo magnético y el plasma que surgen de la corona solar.
Las llamaradas solares y las eyecciones de masa coronal liberan poderosas explosiones de radiación y partículas en el viento solar, y podrían causar daños a las redes eléctricas y sistemas de comunicación en caso de que lleguen a la Tierra directamente. Un pulso electromagnético (EMP) liberado en una llamarada solar podría tener un impacto devastador en la sociedad moderna impulsada por la tecnología del siglo XXI y en la economía global. El pulso electromagnético podría interrumpir las redes eléctricas y causar cortes de energía durante meses. También podría interrumpir los sistemas GPS, las comunicaciones por satélite y servicios de comunicación de radio de alta frecuencia instalados en el sistema de transporte global, y desconectar por completo los teléfonos móviles, tarjetas de crédito y servicio de internet. En resumen, el fin de nuestra civilización tal como la conocemos.
¿Estás preparado para sobrevivir a la inminente tormenta solar?
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