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viernes, 5 de julio de 2019

POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE QUE HAYAN ENCONTRADO UN DEPÓSITO ENORME DE AGUA DULCE BAJO EL ATLÁNTICO





Las marcas amarillas indican la superficie ocupada por el acuífero submarino encontrado frente a la costa noreste de los Estados Unidos. (Crédito imagen: Gustafson et al.).


Bajo nuestros pies el planeta Tierra guarda un montón de secretos fascinantes que apenas estamos empezando a vislumbrar. Os conté lo que los investigadores están comenzando a aprender cómo es realmente la estructura interna de nuestro planeta hace apenas dos meses, pero lo cierto es que en ocasiones no hace falta dejar atrás la corteza terrestre para encontrar sorpresas que podrían cambiar nuestras vidas.

En efecto, un reciente estudio publicado en la revista Scientific Reports por investigadores de la Universidad de Columbia y de la Institución Oceanográfica Woods Hole, acaba de desvelar la existencia de un enorme acuífero submarino compuesto por agua dulce, oculto a 182 metros bajo el lecho marino del océano Atlántico.

El acuífero podría contener 2.800 kilómetros cúbicos de agua dulce, si bien la salinidad varía a medida que nos alejásemos de la costa (situada entre Massachusetts y el sur de New Jersey) hacia el interior del océano, en el que se adentra 120 kilómetros.

En cuanto a las diferencias en la salinidad, al parecer cerca de la costa el agua tiene 1 parte por mil de sal y es probable que se vea alimentada por escorrentías procedentes de los acuíferos terrestres cercanos. Por otro lado en el extremo más alejado de la costa, el agua submarina muestra una salinidad de 15 partes por mil. En ambos casos el agua no es potable y habría que desalinizarla pero la energía necesaria para ello sería mucho menor que la empleada con el agua de mar, que posee 35 partes por mil de sal en suspensión.

Volvamos sobre la naturaleza de este acuífero submarino. Las primeras pistas de que algo así podía estar oculto bajo el suelo del océano llegaron en la década de los 70 gracias a la industria petrolífera. Cuando realizaban prospecciones cerca de la costa, algunas veces encontraban agua dulce en lugar de oro negro, aunque por razones obvias nunca se preocuparon por medir el tamaño de las bolsas acuosas.

Hace unos 20 años, investigadores de la Universidad de Columbia comenzaron a colaborar con las compañías petroleras empleando técnicas de sondeo electromagnético del subsuelo marino. Las ondas electromagnéticas funcionaban de un modo similar al de los rayos X, en el sentido que sirven para detectar objetos ocultos a la vista. Entre aquellos científicos se encontraba Kerry Key, coautor del trabajo del que os estoy hablando. Fue él quien se decidió a modificar la tecnología de sondeo usada entonces, para poder aplicarla a fines científicos. Esto es lo que ha permitido ahora revelar la existencia de la bolsa de agua.

¿Cómo llegó el agua ahí abajo? Los coautores del trabajo teorizan que esa agua pudo haber sido hielo que se derritió después de la última glaciación, la cual quedó atrapada en un sedimento rocoso.

Puede que en la costa noreste de Norteamérica no sea de mucha ayuda una bolsa tan grande de agua dulce, pero imaginad la implicación que podría tener encontrar algo así cerca de (por ejemplo) las poblaciones ribereñas del Mediterráneo africano, un lugar donde el agua no es precisamente un recurso fácil de encontrar.


¿Veremos en un futuro cercano a los desiertos hacerse verdes? (Crédito imagen: MIT).


¿Podría haber agua tan cerca del desierto? Bien, el Sáhara no siempre fue el inmenso mar de arena que hoy vemos. Hace entre 5.000 y 10.000 estaba cubierto de sabanas y praderas frondosas, y sus habitantes podían acceder al agua dulce a través de lagos permanentes, cuyo caudal se renovaba por las abundantes lluvias monzónicas.

Por otro lado, hay científicos que sostienen que hubo partes de la historia de la Tierra en que nuestro planeta estuvo totalmente cubierto por hielos formando una especie de bola de nieve gigante.

¿Quién nos dice que parte de esa agua no haya quedado atrapada en bolsas situadas por debajo del lecho marino, tal y como sucede frente a la costa noreste de EE.UU.? De ser así, y de poder acceder a ese recurso de manera más o menos sencilla y económica, imaginad la revolución agrícola que podría suponer contar con tanta agua para riego en regiones hasta ahora desérticas.

Los coautores del estudio, Key entre ellos, esperan que su investigación pueda emplearse para ubicar otros acuíferos costeros submarinos repartidos por todo el mundo. Si en el futuro cercano somos lo bastante inteligentes como para abandonar los combustibles fósiles, sería interesante poder reciclar las antiguas plataformas petrolíferas para transformarlas en prospectores de agua, allá donde de verdad hace falta.

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