Las jaimas y casas de adobe sufren las brutales inundaciones, mientras que los alimentos se están echando a perder.
Vista de uno de los campamentos (RASD TV)
Una nueva piedra en un camino que ya de por sí está lleno de dificultades. Los saharauis de los campamentos de refugiados de Tinduf, que viven en pleno desierto del Sáhara, están sufriendo unastremendas lluvias que están arrasando las precarias viviendas, casas de adobe y jaimas fundamentalmente, en las que residen. El diluvio está provocando inundaciones y está dejando en situación crítica a cientos de familias que durante años han intentado crear un hogar en el desierto y ahora ven cómo el fruto de su trabajo se lo lleva por delante el agua.
“Aquí las cosas están muy mal, pero afortunadamente no hay muertes. Estamos viviendo en la casita de madera, pero no te puedo mandar fotos porque la cobertura está mal. La situación es mala en todas las wilayas”, nos cuenta Bachir, un saharaui que vive en Bojador, uno de los campamentos en los que residen los más de 160.000 que esperan en la Hamada argelina una solución a un conflicto que ya cumple su 40 aniversario.
1.200 jaimas han sido arrasadas por la lluvia, mientras que otras miles han sufrido daños. Muchosalimentos se han estropeado y las familias han perdido sus pertenencias. Las escuelas están cerradas ante el riesgo de derrumbe. Es el drama que tienen que sufrir estos refugiados; unas temperaturas altísimas en verano, que en ocasiones alcanzan los 50 grados, y unas lluvias torrenciales en otoño e invierno que arrasan el duro trabajo que los saharauis han realizado para intentar tener unas condiciones dignas de vida en mitad del desierto.
En 1975 España era la potencia administradora colonial del Sáhara Occidental y estaba obligada a realizar un referéndum en el que los saharauis decidieran su destino. Sin embargo, aprovechando el débil estado de salud de Franco, Marruecos, que reclamaba la marroquinidad del Sáhara, ocupó y colonizó el territorio. Desde entonces, una larga guerra y multitud de promesas a los saharauis, a los que el Derecho Internacional les apoya, de realizar esa consulta entre la población que nunca se ha producido.
Durante el conflicto muchos saharauis huyeron a través del desierto y se asentaron en los campamentos de Tinduf, en Argelia, mientras que otros se quedaron en el Sáhara ocupado. Cuatro décadas de status quo ante una población que sigue reclamando la tierra que le pertenece. Un conflicto que se alarga ante la pasividad de una comunidad internacional que se dedica a enviar ayuda humanitaria, pero no a ir a la raíz del problema.
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